miércoles, 7 de marzo de 2012

La biblioteca en llamas


LA  BIBLIOTECA  EN  LLAMAS
Erase una vez un bibliotecario llamado  Mario Esteban  Rupérez y la secretaria (su mujer) Ester García Pérez. Su biblioteca era muy famosa, tenían montones de libros.
El 21  de  junio  se  iban  a  ir  a Laias  un  pueblo  cerca  de  Portugal a un hotel-balneario. El día 22 les daban las vacaciones  de verano a los niños y por ese motivo cerraban.
El día 20 ya estaban  hechas las maletas. Les tocó la habitación 201. La que tenía las mejores vistas, aunque era la más pequeña de todas. Cuando llegaron subieron a la habitación y luego se fueron al balneario y se a bañarse. Luego comieron,  se echaron la siesta y se fueron otra vez al balneario. Después llegó la hora de la cena.  A la mañana siguiente desayunaron y otra vez lo mismo que el anterior día, así sucesivamente hasta el día 31 de  agosto. Aunque alguna vez se iban de paseo o a hacer rutas por allí cerca.
Cuando llegaron otra vez al pueblo se pegaron un susto que salieron del coche como flechas y gritando: ¡¿Qué ha pasado?!
La biblioteca estaba   
…¡ardiendo!
- Rápido hay qué sacar todos los libros  posibles. Gritó Mario. Sacar los libros no fue nada fácil,  rescataron la mayoría aunque algunos no pudieron salvar como este libro tan viejo:







Llamaron a la policía y ésta  fue detectando huellas de cinco gamberros a los cuales empezaron a buscar inmediatamente. La búsqueda duró  cinco semanas cada semana encontraban uno: la primer a encontraron Pepinillo, la segunda a  Borrico, la tercera a Gandul Patata Azul (qué era el jefe), la cuarta a Borrego y la quinta a Cabeza Hueca.
Una vez detenidos todos lo gamberros fueron juzgados y  le dijeron al juez que lo habían hecho porque no querían ver ningún libro más en toda su vida. Luego los gamberros fueron a  la carcel. La biblioteca se reconstruyó con el dinero de las multas que les pusieron a los pirómanos.

Mario y Ester contaban desde que sus hijos eran pequeñitos esta  historia. Los hijos de Mario y de Ester fueron bibliotecarios, les ayudaron en la reconstrucción de la biblioteca porque  les gustaba mucho leer y también les gustaban los libros sobre todo los de misterios.
Fueron felices y comieron perdices y a nosotros nos dieron con los huesos en las narices.
Espero que os  haya gustado.

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